martes, 5 de abril de 2011

TRES DE VEINTISEIS

Mientras llevamos varios días mirando al cielo que parecía prometer lluvias que no terminan de caer, el curso sigue avanzando, y al menos una parte de él ya casi toca su fin. El próximo día 14 finalizan los talleres de refuerzo personal. Han sido en total 60 horas, 15 días de sesiones intensivas dedicadas a temas tan cruciales como la autestima, las relaciones con los demás, el perdón, la violencia doméstica. Poco a poco una se va enterando de cosas.... a veces porque te la cuentan las propias alumnas afectadas. Otras porque se lo cuentan a la psicóloga que da los talleres. El caso. Si no cuento mal, de un total de 28 personas, 26 de ellas mujeres, son ya 3 las que han sufrido mal trato o abuso. Una fué abusada sexualmente por su padrastro, otra sigue sufriendo el puño de su marido malgeniado de cuando en cuando, otra es denigrada sistemáticamente por su esposo que se aprovecha de su discapacidad para recordarla que no es nada sin él. Tres de veintiséis. Un 11.53 % de nuestras alumnas. Por desgracia, la desgracia es tan omnipresente por aquí que a uno ya no le llama tanto la atención. No como antes. Desde Actuar intentamos asesorarlas, hacerlas conscientes de sus derechos, de los trámites a realizar, y sobre todo, convencerlas de que se puede seguir adelante. Con un terrible recuerdo, con un exmarido violento, recuperar la autoestima perdida día a día a base de insultos. Pero está en manos de ellas. Ellas son las que deciden y si en España ya es corriente ver gente que no denuncia o que sigue conviviendo con la violencia "por no quedarse sóla" aquí esas cifras se elevan de forma exponencial. Hace unos días trataron precisamente este tema en el taller de refuerzo, y en grupos tuvieron que hacer una especie de presentación con materiales buscados en prensa o en internet. Recuerdo un impactante titular de uno de los períodicos sensacionalistas de aquí: "Antes la mato que dejarla" . Vaya, eso sí es amor.... Por eso, uno tiene que recordarse a diario, cuando se frustra por no conseguir todos los resultados esperados, por no alcanzar el gran éxito, que no está tratando con personas cualquiera. Que el que no fué maltratado fué abusado, y el que no despreciado, y el que no abandonado por sus padres. Y nadie es consciente de hasta qué punto esas realidades con las que han convivido y conviven la mayoría de nuestros alumnos influyen en sus decisiones y en su modo de entender la vida. Cuando no te pasan más que desgracias no crees que tu vida pueda cambiar. Cuando nadie te ha amado, no crees que nadie ya te pueda amar. Cuando no conoces la justicia, la bondad, o la honestidad, es difícil que practiques tú mismo estos principios. Por eso, cuando reflexiono a fondo sobre lo que estamos haciendo aquí, pienso que sí, que algo estamos logrando, y ese algo está haciendo que las personas se cuestionen, por primera vez en sus vidas, un montón de cosas. Incluso las tres de veintiséis.

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