jueves, 14 de abril de 2011

TODO MENOS UNA GUARDERIA CUALQUIERA






Llego esta mañana a la oficina de Mary Zúñiga, la coordinadora del Hogar Múltiple, mujer "multitarea" donde las haya, y antes de entrar me detengo a observar desde el otro lado de la reja una de las guarderías, en las que Sophie, una voluntaria alemana, les está enseñando a los niños los números en inglés. Hacía siglos que no oía esa canción, "one little, two little, three little indians ... four little five little six little indians..." .

Los niños intentaban seguirla, emitiendo sonidos extraños, felices de estar cantando en otro idioma.

Algunos pensarán que no tiene sentido enseñarle inglés a estos enanos, que levantan tres palmos del suelo. Yo puedo hablar de mi propia experiencia, pues a su misma edad, cantaba las mismas canciones, pero en sueco.

Gracias a eso, me resultó infinitamente más fácil aprender nuevos idiomas. Supongo que habría que preguntarle a Punset, estoy convencida de que una parte del cerebro está relacionada con el aprendizaje de idiomas, y que el hecho de aprender sonidos distintos a los de nuestra propia lengua, cuando somos pequeñitos, nos ayuda a aprender esas lenguas extrañas cuando somos algo más mayores.

Creo que lo he dicho ya en alguna ocasión, este Hogar Múltiple, es verdaderamente GRANDE, y esta vez, quería dedicarle un "post" entero, que sirva además de referencia a los interesados en apadrinarnos algún niñito.


Y lo hago porque creo, después de haber estado por aquí casi 7 meses, que esta guardería es con diferencia, la mejor de Cartagena. Y que cada uno de los niños que están aqui - apadrinados o no - son tremendamente afortunados, y sus padres también.....


Díganme sino, dónde encuentran ustedes alguien que:


- Garantice la alimentación de los niños con los nutrientes necesarios y suficientes.


- Cuide de su estado emocional, investigue cada uno de los casos cuando se presenta el más mínimo síntoma de inestabilidad familiar, de violencia doméstica, de malos tratos.


- Asesore a madres y padres de familia, en talleres periódicos sobre todo lo que tiene que ver con la eduación y crecimiento de sus hijos.


Cuando oímos a un niño llorar, desde la oficina de Mary, si no cesa en un minuto siempre se levanta alguien a ver qué está pasando. Se averigua si tiene algún problema con los compañeros, o si por el contrario no fué bien atendido en ese momento por la madre comunitaria, pendiente de otros niños.


Cuando una mamá llega a buscar a su niño y presenta algún síntoma de maltrato, enseguida Mary, que es psicóloga, se reúne con ella, la pregunta, la consuela y la asesora sobre sus opciones, y sobre todo, la anima a seguir adelante en la vida, a recordarse a si misma que nadie merece que le pongan una mano encima.


Los niños de la guardería, en total 234, son en su inmensa mayoría provinientes de familias pobres o muy pobres. Cuando empiezan, muchos se aíslan, no quieren relacionarse con nadie, o lloran sin parar... Dos meses después su conducta ha cambiado, son cariñosos, están obviamente mejor alimentados, aprenden a compartir y a pedir perdón. Aprenden a llevarse bien con los demás. A ser personitas.


Algunos han sufrido verdaderas metamorfosis desde que entraron hasta que ya con 5 años se fueron al colegio. En muchos de esos casos, se trabajó no sólo con el niño, sino con toda su familia. Porque los niños que viven rodeados de gritos no hacen sino gritar. El que respira violencia también la transpira, y por supuesto, el que es pegado, pega.


Familias enteras han podido cambiar, han mejorado su condición humana y consecuentemente, su relación con sus hijos, no sólo los que tenemos en la guarde, sino todos los que forman su familia.


Por eso, dudo mucho que haya más guarderías como esta, en Cartagena, en Colombia.... Algunos reciben aquí el cariño verdadero casi que por primera vez, y la reacción a ese sentimiento nuevo para ellos es como si ocurriera un milagro. Como cuando riegas una pequeña planta que nadie se ocupa de cuidar, y de repente en unos días crece hermosa, fuerte, robusta, y florece al primer rayito de sol.


Todo eso es lo que veo día tras día cuando le robo a Mary un ratito un espacio de su oficina para ponerme a trabajar.


Así que cuando me saturo, o cuando tengo mis dudas existenciales sobre el qué hago y aquí y por qué, no tengo más que asomarme un minuto ahí fuera y encontrarme con esas caritas para encontrar en sus ojos una respuesta inmediata y rotunda.


Sirva este pequeño escrito de homenaje a todas y cada una de las mujeres - porque todas son mujeres - que trabajan en el Hogar Múltiple de Actuar. Porque desde las cocineras, hasta las madres comunitarias, y por supuesto, Mary y su equipo (que aunque alguna está de prácticas parece toda una profesional) todas hacen posible que la vida de estos niños sea distinta, y lo sea para siempre. Porque estos primeros años de vida son los que condicionan quiénes vamos a ser, cómo nos vamos a comportar cuando seamos adultos.


De estos niños, al menos, ninguno podrá decir que no conoció lo que es ser cuidado con cariño, que no supieron despertar su creatividad e imaginación, que no le ayudaron a relacionarse con el prójimo, que no le hicieron sentir, aunque chiquitito, un ser IMPORTANTE.


No hay comentarios: