miércoles, 30 de julio de 2008

UN VENTILADOR


Hace ya unos días que Clara me escribió preocupada por este niño. Es el bebé de Yirlenis, a la que ya conocéis de "episodios anteriores".

Esta es época de lluvias y fuerte calor en Cartagena. En escasos minutos, las casas y las calles se inundan, no es como el monzón de Calcuta, pero tiene su aquel tambien.

Os podéis imaginar, el calor, el agua que se estanca.... son la mejor combinación para el mosquito y todo tipo de insectos voladores. A los mayores, puede afectarnos algo menos, pero con los bebés es otra cosa.

Así que Yirlenis apareció un día con su bebé, en las fotos que me manda clara apenas se aprecia, luego le pongo el zoom y veo con espanto que le han salido una especie de chichones como de color rosa en la cabeza.

Yirlenis explica que en su casa no hay ventilador - o abanico, como lo llaman allí. Recuerdo cuando estuve conviviendo con las niñas del hogar de embarazadas que a los bebés los tumbaban siempre cerca de un ventilador para que no se asaran al calor caribeño. Pobrecito, acostumbrado a eso, le han metido en el horno de su nuevo hogar y el agua no ha hecho más que complicarlo todo.

A Actuar por Bolivar acude un médico semanalmente a atender a todo el que pase por ahí, así que ahí se presentó Yirlenis con su bebé y le hemos comprado el medicamento que le recetó. (25.000 pesos, aprox 8 euros)

Clara también me ha dicho que buscará por ahí algún ventilador de segunda mano que funcione bien, para que lo puedan poner en su casa y evitar que esto vuelva a suceder.

Es una de las muchas cosas buenas que tiene este país, que encuentras de todo de segunda mano y a un precio muy razonable, permitiendo el acceso de los que no alcanzan a fin de mes a todo tipo de bienes que, en mercados de primera mano, les sería totalmente imposible adquirir.

Nosotras, como vamos de humildes y de recicladoras por la vida, optamos por empezar comprando lo que podamos de segunda mano, y luego Dios dirá.

Esperamos que el bebé de Yirlenis se mejore prontito.

Besos a todos.

sábado, 19 de julio de 2008

Una deuda pendiente


Hoy me salto un poquito el protocolo, porque últimamente aquí sólo hablamos de los niños y de sus problemas, y de nuestro microproyecto.
Digamos que he aprovechado nuestro blog para haceros llegar sus historias y abriros la ventana a sus realidades, pero hay otra pequeña historia que tengo pendiente de mostrar aquí, algo así como una pequeña deuda con unas mujeres excepcionales que tuve el privilegio de conocer cuando estuve en Cartagena.
Todas trabajan para una gran ONG, que por su tamaño y envergadura, precisa de un servicio casi continuo de limpieza y logística. Si a uno le preguntaran cuántas personas son necesarias para que aquello esté siempre “en perfecto estado de revista” uno pensaría en una cifra mucho mayor….. y sólo son 5, y no todas trabajan a jornada completa.
Se trata de Anita, Betty, Gina, Rosa y Caro.
Estas mujeres hacen que todo sea siempre perfecto. Todo está siempre limpio. Los distintos refrigerios que deben preparar a diversas horas del día para los alumnos del centro, para los que alquilan las salas de presentaciones, para los propios trabajadores de la ONG…. Siempre están listos a tiempo, y siempre están deliciosos.
El almuerzo que suele preparar Betty es digno del mejor chef de comida casera colombiana. En mi vida aspiro a probar un sancocho como el que ella guisa y es por ello que ya renuncié a pedirlo en ningún otro lado que no sea el comedor de Actuar por Bolívar.
La mayoría de estas mujeres viven lejos de su centro de trabajo. Toda vez que debe estar limpio y reluciente cuando el primer trabajador se incorpora – o sea, a las ocho de la mañana – podéis imaginaros el madrugón que se tienen que dar. O mejor dicho, no, no os lo podéis ni imaginar. Lo normal es levantarse a eso de las 4 o las 4 y media.
Todas tienen una familia a la que cuidar, alguien a quien alimentar, una casa que mantener… y ¿creéis que pueden con todo eso? Pues pueden con eso y con mucho más…..
Yo las observaba a todas y cada una con infinita curiosidad. Intentaba encontrar la respuesta a ese misterio, intentaba encontrar en sus ojos, en su forma de actuar, la clave para poder llegar hasta donde llegan, pero no de cualquier forma, no, sino con una enoooorme sonrisa en sus rostros….
Yo llegaba a eso de las ocho – ocho y cuarto con un ojo cerrado y el otro a medio abrir. Y ahí estaba Anita, pasando el trapero, sonriente, cantando alguno de sus vallenatos preferidos. Y yo le preguntaba ¿cómo lo haces, Anita? ¿cómo lo haces para tener siempre ese aspecto de máxima felicidad, con el trabajo que tienes, con lo mucho que madrugas? ....
Y ella me responde sin dejar de sonreír: “no me queda otra, ¿no crees?.” No le cabe en la cabeza más opción que la de iluminarse a sí misma y a los demás con sus ojitos brillantes y sus bromas matinales a la hora en la que yo sólo soy capaz de pronunciar una palabra: CAFÉ.
Desde la sombra de las cocinas, la zona menos noble, todas y cada una aportan además su granito de arena.
No son ajenas a la realidad que las rodea, aquello está lleno de niños de estrato bajo, de gentes que buscan un pequeño crédito con el que comenzar su negocio y buscarse la vida…. Siempre hay algo pequeñito en lo que contribuir, ellas lo saben, y lo hacen …
Al principio de llegar a Actuar, ellas muy comedidas me subían el café con leche – como me gusta a mí – al despacho, luego opté por bajar a la cocina y preparármelo yo misma, por no darles más faena que la que ya tenían, que no era poca.
Aún recuerdo sus ojos sorprendidos cuando lavé mi taza después de comer, o cuando les pregunté, sentadas ya todas después de su pequeño descanso para almorzar, si alguna quería que le sirviera el café.
En un mundo donde todavía le miran a uno distinto por el trabajo que desempeña o por el color de su piel, algunos se sorprenden cuando otro les mira con cara de igual, y les trata como trata al resto, con respeto, con amistad o con admiración.
Sirva el presente pues, para homenajear a estas mujeres anónimas, silenciosas, que sin sacar su cabecita del lugar en el que Dios las puso, siembran amor y sonrisas por donde quiera que van… Tal vez sea ese espíritu Caribe con el que nacieron, esa sabiduría ancestral heredada de sus antepasados, la que todos los días les repite que a la vida, venga como venga, hay que sonreírla y disfrutarla y sacarle su jugo hasta la última gota.

viernes, 11 de julio de 2008

MAS FOTOS DE LOS CHICOS




Esta nos la ha preparado en exclusiva nuestro querido colaborador cachaco el Doctor Hinestrosa que ha seguido el caso de cerca.....

Se titula "la evolución de Deivis".....

Hoy me dijo Clara que hasta es travieso y la ha tomado el pelo !!!

Lo que hace alimentarse bien.... Tiene amigos, juega con ellos, se pelea, se ríe, llora... ES UN NIÑO NORMAL
Y ella es Yirlenis Valencia, obviamente muy contenta, con el pequeño paquetito de cositas que le hemos regalado para su bebé, ahora que no puede beneficiarse de las subvenciones de la fundación, pues al cumplir la mayoría de edad legalmente está obligada a abandonarla.... Pero nosotros la seguimos de cerca y estamos al tanto de las cosas le vayan un poquito mejor cada día.
Besos a todos
Maite


sábado, 5 de julio de 2008

PRIMEROS LOGROS







En primer lugar, quisiera pediros disculpas a todos por el retraso (esto se parece a los mails que mando a diario en la oficina, "rogamos disculpen la demora")... En fin, digamos que el mundo irreal a veces lo secuestra a uno y tienes que ponerte las pilas para volver al mundo real, a éste, el que nos importa de verdad, en el que suceden cosas reales, en el que conseguimos éxitos de verdad, tan lejanos a eso de ganar un cliente para la empresa o preocuparse paranoicamente por no cumplir el presupuesto....



Gracias a Dios, tenemos este pequeño mundito virtual, a través del cual podemos por un rato asomar la cabeza por la ventana y despertar.



A pesar del silencio durante este último mes, nuestros mini sueños se han ido haciendo grandes realidades, y ya tenemos aprendices de cocinera, de respostera, de zapatero y de informática, gracias a vuestro esfuerzo y sobre todo a vuestra confianza.



Hemos comprado materiales de todo tipo - envases y delantales para las que cocinan, cuero para el que hace chanclas - hemos pagado algún que otro autobús para los que no podían ir o regresar a casa, hemos comprado un chándal para el único niñito de la clase cuya familia no se lo podía pagar, y un diccionario de inglés para una niña tremendamente aplicada e interesada por aprender esa lengua, que vive en uno de los barrios más pobres de la ciudad.



Pero eso no es todo. Porque como ya os anuncié, esto es el milagro de los panes y lo peces, y todavía queda un ramanente del primer envío de dinero que hicimos, que nos va a permitir comprar varios "kits" de bebé para las chicas que tienen que abandonar el hogar de embarzadas La Troncal. (se trata de un paquetito con pañales, cremita, bastoncillos para los oídos y un bote de esos para hacer papilla - se nota aquí que no soy madre, no sé si cómo se llama, creo que Nestum).

El pequeñín de la foto es nuestro Deivis. Conseguimos los dos objetivos que me marqué el día que le conocí cuando llegó por primera vez a la guardería de Actuar por Bolívar: que se alimente bien y de forma adecuada y QUE SONRIA !!! A las pruebas me remito. El "tratamiento" ha ido tan bien que le he pedido a la jefa de guarderías que identifique cualquier caso similar al suyo. El éxito está asegurado. Por cierto, en la foto luce el chandal que le compramos. Está guapo, ¿ verdad ?


A la chica de negro ya la conocéis, es Dana Olaya. Con Dana tenemos ahora un problema. Su entorno familiar ha cambiado sustancialmente con la llegada del padre a casa, tras cumplir condena en la cárcel.

Por razones que no podemos siquiera entender desde nuestro mundo, de pronto se ha vuelto mucho más que peligroso para Dana seguir viviendo en su actual "casa" y es probable que se vaya a vivir a Cali con unos familiares.

Nos apena especialmente el hecho de que no podamos ayudarla si se marcha de Cartagena, pues ahí no tenemos ninguna persona de confianza que pueda materializar nuestros proyectos. Por eso estamos intentando por todos los medios que salga de su entorno actual pero sin tener que marcharse de la ciudad..... Es una niña adorable, pero a la vez es carne de cañón si no la tienes mínimamente protegida y orientada. Si se nos escapa del territorio le espera un camino aún más difícil que el actual. Esperemos que no sea así.
Otro caso, no menos meritorio es el de Ever, que en la foto sale concentrado en su clase de calzado. Aprende a hacer todo tipo de chanclas, sandalias, el calzado que se usa en aquellas tierras calurosas. Ha superado ya dos cursos, y ha sido capaz de hacer su primer negocio: le vendió a una de las empleadas de Actuar las sandalias que él mismo fabricó. Con sus manitas.
Sentirse útil y ser consciente de sus capacidades es algo fabuloso para estos chicos, en el caso de Ever, si cabe aún más, porque aunque en la foto no se aprecie a primera vista, Ever es cojo. (veis las muletas apoyadas en la columna, verdad?). Lejos de acomplejarle, su cojera le motiva a superarse, a ser mejor que los demás.
Por cierto, que con el dinerin que saque haciendo sus chanclas, quiere comprar más material para seguir en su proyecto artesanal y un vendedor local se ha ofrecido a ponérselas a la venta. ... Ever tiene unos 13 años. Todo un hombrecito.
Tenemos que aclarar que Ever vive en una fundación, que se ocupa de su educación, alimentación, y cuida de él afectiva y psicológicamente hablando; es un niño privilegiado en este sentido.
Lo que hacemos desde aquí es intentar añadir nuestro granito de arena: El lugar donde se realizan estos cursos está a 1 minuto andando de su "casa" y el horario es compatible con el de la escuela. Y nuestra "contraparte" Clara trabaja justo allí, así que nos resulta especialmente fácil poder supervisar incluso la asistencia de los niños y niñas a las diferentes capacitaciones.
Y hasta aquí el blog de hoy, espero, aunque haya sido de forma resumida, haber podido acercaros lo más posible a nuestros proyectines. Os sigo animando y agradeciendo infiniiiiitamente vuestra ayuda. La económica y la moral.
Y aunque sabemos que no es gran cosa lo que hemos hecho por ellos, que sus vidas están a merced de un entorno hostil, que son tremendamente vulnerables, nadie les podrá quitar ni lo que les hemos dado, ni el efecto positivo que ha causado en ellos, y que, quién sabe, quizá conserven durante toda su vida.
Tenemos que recordar siempre que donde nostros leemos "hemos comprado material para hacer un par de chanclas" ellos leen "alguien que ni me conoce me está dando una oportunidad".
Un besazo a todos los "blogueros" y por supuesto, otro bien grande a nuestra delegación en Cartagena, Clara, "la salsera"