martes, 31 de agosto de 2010

RECORDANDO SENSACIONES

Volver a escribir en este blog es como volver a abrir un diario que lleva meses cerrado, y leerlo desde el principio hasta su última página escrita, a principios de este año 2010.
Aunque aún falta un mes y medio para volver a Cartagena, hace ya semanas que la inquietud por el viaje me tiene invadida la mente y me pone más difícil lidiar con el día a día que aún tengo que vivir - y disfrutar ! - antes de partir.
Leer el blog de nuevo me ha hecho rememorar cosas, recordar sensaciones, me ha hecho volver mental y emocionalmente a esos lugares, me ha vuelto a colocar en mi sitio.....
Y leer de nuevo los comentarios de la gente, me recuerda también que esto de intentar mostrar otras realidades es mucho más que un ejercicio de redacción, es casi un deber, un deber que tengo para con las muchas personas que viven en esa otra parte del planeta en la que la miseria, la violencia, el hambre, la enfermedad son el pan nuestro de cada día.
Esta vez será algo distinta, porque vuelvo a Cartagena para quedarme más tiempo, ojalá eso signifique también que contribuiré mínimamente a hacer realidad algún que otro pequeño sueño, con la ayuda y complicidad de los que me leen al otro lado de la pantalla.
Me voy por más tiempo, puede que sea casi un año, aún no lo sé. Mi pobre abuela centenaria está asustada con esa idea.... y yo a veces también, pero una oportunidad así no se rechaza, venga con lo que venga.
Más tiempo y menos dinero, pero también más ilusión, más ganas, y una gran inquietud por saber qué es lo que me depara el destino en esas tierras calurosas....
Hay un proyecto muy chulo en fase de diseño, aún hay un montón de cosas que organizar, acordar, coordinar. .... Si finalmente podremos llevarlo a cabo o no está en manos de otros, pero sé a ciencia cierta, que si no se puede hacer ahora, se hará más tarde, que si no es ese proyecto, será otro, que lo importante en definitiva es hacer algo....Algo de algo....
Actuar, en nombre propio y en el nombre de todos los que sueñan con un mundo más justo y echan en mi saco sus semillas de esperanza para que yo las plante y crezcan a ese otro lado del charco, y se vuelvan, con el tiempo, árboles frondosos y robustos, que protejan y den sombra, y arraiguen con firmeza en la tierra.